El 6 de junio de 1956 un grupo de visionarios y altruistas empleados del Banco del Estado de Chile, de diferentes actividades, se reunieron con el fin de crear un Departamento Artístico. En esta reunión nació el Instituto de Extensión Cultural de los Empleados del Banco del Estado de Chile, largo nombre para un organismo que a través de los años se engrandeció mucho más allá de las expectativas de sus creadores, abarcando diversas disciplinas y materias académicas, y jugando un importante papel en el desarrollo de las aptitudes y talentos de los trabajadores. La misión que se detallaba en el acta estaba orientada a “Propender a la superación espiritual y cultural del Banco del Estado y de sus asociados, por medio de la organización y fomento de actividades de orden cultural, artístico, literario, científico etc., con prescindencia absoluta de injerencias políticas, gremialistas, religiosas o de cualquier índole”.
Aparecía así la oportunidad de complementar su incursión en el mundo frío de los números y el dinero, con el crecimiento personal mediante la magnificencia de las Artes.
Esta iniciativa vino a afirmar lo que con tanto éxito realizaban en ese campo gremial el Teatro y Coro Bancarios, cuyo prestigio enorgullecía a los empleados, y mediante el aporte generoso de la Superioridad -que vislumbraba en esta inquietud, verdadero afán de superación- muy pronto se obtuvo una céntrica sede de cuatro pisos, en calle Huérfanos Nº 1234-B, en cuyas espaciosas salas se cumplió un extenso plan de acción artística.
Las provincias, interesadas también en tan beneficioso quehacer, crearon vínculos y formaron paralelamente las filiales de Valparaíso y Concepción, acogiendo, dentro de sus limitaciones materiales, las inquietudes de los funcionarios de esas importantes regiones.
Tanta relevancia obtuvo el proyecto inicial que se sumaron también, en gran número, empleados de la banca privada, lo que originó la creación del Instituto Bancario de Cultura el 3 de abril de 1961.
En el año 1978 pasa a llamarse “Instituto Cultural del Banco del Estado de Chile” y se le otorga como sede el edificio que albergaba a la Sucursal San Francisco de Borja, en Alameda Nº 123, espacio que ocupa hasta hoy.
Con la llegada de la democracia, el Instituto Cultural se renueva y remodela el interior de su edificio para dar cabida a las expresiones artísticas de sus trabajadores retomando la idea que dio origen a la Institución, sin que ello implique abandonar su quehacer de extensión cultural compartiendo su espacio con la comunidad en la que está inserto.
En la actualidad la misión del Instituto Cultural está orientada a atender las necesidades del ejercicio del ocio en sus trabajadores desde la perspectiva expuesta.
Se canalizan las inquietudes artísticas, culturales y recreativas de los funcionarios del BancoEstado, como también la de su grupo familiar, contribuyendo con ello a su bienestar en el más amplio sentido. Hoy en día, cientos de personas pasan diariamente por el frontis de la vetusta construcción de principios del siglo pasado.
Allí, en el mágico Nº 123 de Alameda, la mayoría sigue su camino, pero algunas personas se detienen y entran a ver las instalaciones de Arte Conceptual que exhibe nuestra Galería Bech.
Las puertas de esta casa están siempre afectuosamente abiertas para todo aquel que desee perseverar en su desarrollo personal.
Gracias al respaldo permanente de nuestros dirigentes sindicales y de los ejecutivos de la empresa, cada trabajador del BancoEstado tiene el privilegio de contar con este generoso espacio cultural.